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La gestación subrogada: ¿libertad o privilegio?

  • Foto del escritor: Gloria Pérez Cacharrón
    Gloria Pérez Cacharrón
  • 12 dic 2019
  • 5 Min. de lectura

¿Derecho o capricho? Muchas son las disparidades que se generan a través de este tema con tanta controversia. Mientras unos consideran que su regulación puede provocar la creación inmediata de una especie de mafia basada en la explotación de la mujer, otros lo ven como un derecho más de la persona sobre su propio cuerpo. ¿Es demasiado pronto todavía para considerarlo?


Tal vez deba pasar los mismo procesos que pasó el aborto hasta conseguir su legalización, tal vez haya que sufrir los primeros tabúes, miedos y conspiraciones, hasta llegar a ese punto progresista que permita, ya no regularlo, sino simplemente plantearlo como una posibilidad. Solo Ciudadanos se mostró a favor de su regulación, siempre que este acto sea altruista, cuando se sometió a debate el pasado mes de febrero en el Congreso de los Diputados. Solo un partido estaba dispuesto a trabajar en el tema para llegar a ese momento utópico (como todos los temas controvertidos comienzan) en el que tanto detractores como partidarios puedan ver satisfechas sus posturas.


No estamos hablando de un caso aislado o de una ley pionera en el mundo, países como Australia ya lo tienen regulado y se permite para todo tipo de familias siempre que no sea remunerada (sí que se permiten los gastos relacionados con el embarazo y el parto), al igual que ocurre con Canadá. También en Tailandia se permite la gestación subrogada altruista (siempre que uno de los padres sea tailandés) y en Estados Unidos es donde se encuentra la meca de este procedimiento: California. Un sistema de leyes revisado y aprobado por última vez en el 2013 permite a cualquier persona del mundo contactar en este estado con agencias encargadas exclusivamente de poner en contacto a clientes con las gestantes. A través de este tipo de negocios todas las partes son guiadas en el proceso, dando especial importancia a la asistencia de psicólogos o abogados por ejemplo. Un engranaje casi perfecto. ¿Aquí? Aquí no se espera que el planteamiento llegue pronto, la gran cantidad de “peros” existentes eclipsan el objetivo verdadero de la gestación subrogada: la libre elección de una mujer a usar su cuerpo como le plazca.


Aun así, es un tema muy delicado que cuenta con posturas muy definidas, bien sea a favor o en contra. Entre los principales opositores se encuentra la Iglesia Católica, los partidos conservadores, el colectivo No Somos Vasijas y los partidos políticos dominantes, aunque no cuenten con una postura definida y oficial.


Ciudadanos tiene como argumento principal en contra que es una actividad mercantilista con el cuerpo de la mujer. Aunque no tengan una posición definida, el Partido Popular, PSOE y Podemos defienden este argumento de comercialización del cuerpo femenino. Además consideran que el derecho a tener hijos no puede influir en terceras personas ni equipararse a los derechos humanos que se vulnerarían de legalizar este método reproductivo.


La mujer queda atrapada en una situación donde es ella quien gesta, pero son personas ajenas quienes deciden sobre su cuerpo

Ligado a este mismo argumento se encuentran las condiciones del contrato que la mujer gestante firma: pierde el control de su cuerpo, ya que a pesar de que sufrirá transformaciones durante los trimestres del embarazo y los meses posteriores, no hay reversibilidad, es decir, la mujer queda atrapada en una situación donde es ella quien gesta, pero son personas ajenas quienes deciden sobre su cuerpo. Aquellos que se oponen creen que la persona que da a luz un bebé será la madre legal y la responsable de decidir sobre su futuro, y la gestación subrogada dá lugar a lo opuesto.También se respaldan en que no es el único modo de conseguir un hijo, ya que la adopción es una alternativa, según afirman, igual de viable.


Uno de los mayores colectivos contra esta práctica y su consecuente legalización es No Somos Vasijas y centran su acción en condenarlo por tratar un embarazo como una transacción económica con el cuerpo de la mujer y además de esto, porque, aunque se legalice la gestación altruista, dará pie a la gestación comercial.


La legislación española no establece una prohibición expresa ni una sanción por practicar la gestación subrogada; sin embargo, declara que el contrato no es válido y legalmente la maternidad no puede adjudicarse a una mujer que no sea la que ha dado a luz. Ante esto, la imposibilidad de realizar este método reproductivo en España lleva a muchas familias a acudir a países en los que sí está regularizada y legalizada, como Grecia, Portugal o Canadá.

La necesidad de adaptar una ley del año 2006 al panorama actual, más de una década después, es incontestable. La legislación actual permite la donación de óvulos o esperma, ambas con compensaciones económicas. Asimismo, una persona puede someterse a un ensayo clínico sin ser acusada de estar vendiendo su cuerpo a las empresas farmacéuticas. Si estas prácticas de “alquiler” del cuerpo de una persona están aceptadas y legalizadas, ¿por qué la gestación subrogada no? En ambos casos, esa persona tiene la oportunidad de decidir qué hacer con su cuerpo; nadie está obligado a donar esperma u óvulos, a realizar ensayos clínicos para farmacéuticas ni a gestar de manera subrogada.





Fuente: reproduccionasistida.org

Si bien es cierto que tener hijos biológicos no es un derecho, el deseo de hacerlo es legítimo. La gestación subrogada es otra manera más de ampliar las opciones de reproducción asistida y, regulándola, debería ser un procedimiento muy diferente a otros métodos de reproducción asistida como la inseminación artificial o la la fecundación in vitro. En el proceso de gestación, a grandes rasgos, se ven envueltos tres participantes: el óvulo, el espermatozoide y el útero. La situación de los dos primeros en calidad de donantes está regularizada, pero el estigma en torno a la gestación por sustitución o subrogada sigue presente, imposibilitando el avance de una técnica tan loable como las donaciones.


Alternativa altruista

Aunque en algunos casos la gestación subrogada podría derivar en una trata de mujeres como portadoras de niños, si se legaliza se podría llevar un control sobre todas las agencias que proporcionan este tipo de servicio. De esta manera se evitaría que este método se pueda utilizar para controlar a las mujeres y sus cuerpos y que se convierta en una actividad económica dependiente de la explotación y la trata de mujeres. Además en la mayoría de los casos la mujer que ofrece su vientre conoce a las personas que solicitan el servicio y puede decidir si acepta o no gestar a su hijo.


La gestación subrogada no va necesariamente de la mano de la explotación de la mujer. Si hablamos en concreto sobre la gestación subrogada altruista, es decir, en la que solo se compensan los gastos médicos y el salario de los meses que la mujer está de baja, no existe ningún tipo de riesgo de que se pueda convertir en un negocio explotador, ya que la mujer obtendría el dinero proporcional de un embarazo propio.


En definitiva, la gestación subrogada altruista debería legalizarse, ya que constituye una forma de aumentar las opciones para tener hijos. También debe regularse y ser sometida a un control para evitar que se pueda convertir en una mera transacción económica y proteger a las mujeres que puedan ser víctimas de una explotación reproductiva. Pensar que este método es únicamente una forma de opresión es no ver más allá del machismo que existe en nuestra sociedad.

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