Varda y Akerman, grandes cineastas del siglo XX
- Ana López
- 22 nov 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 23 nov 2019
El pasado domingo la actriz gallega Diana Toucedo nos hablaba de Agnès Varda y Chantal Akerman en Cines Numax por la trigésima edición del festival Cineuropa. Una de estas dos cineastas quería retener para siempre y la otra se pasó la vida huyendo. Las dos de origen belga y con una vida dedicada al cine y a la representación de la mujer en él, tratando sus problemáticas durante los siglos XX y XXI.

Varda nace en 1928 y por algunos críticos es conocida como una pionera de la mujer en el cine y perteneciente a la Nouvelle Vague de mediados del siglo pasado. Akerman nace en 1950 y con tan solo 18 años graba su primera película de 13 minutos de duración, Toucedo nos explicaba que ella veía en Chantal un potencial absoluto ya que tenía “la clarividencia desde tan joven de representar la cotidianidad de la mujer y las ganas reventar con todo el orden establecido”.
Para darnos el masterclass Diana proyectó el principio de la última película de Akerman No home Movie, estrenada en 2015, el mismo año en el que se suicida. El plano es árido e inamovible, se muestra solo el movimiento exterior (un árbol movido por el viento), la directora siempre usa esa dualidad: o el movimiento exterior que le mueve o el interior que muévelas cosas que le rodean. Son 4 minutos y medio en este plano y justo al comienzo del fim, lo que establece conexión y desconexión constante del espectador.
Akerman siempre “vuelve al pasado para afrontar el presente, huye de su familia”. El holocausto se llevó a sus abuelos maternos y esto está presente en sus películas, también la presencia de su madre. “A medida que pasan los años su cuerpo desaparece y su voz se hace más presente en sus películas”, afirma Diana. Decide dejar de estudiar cuando graba su primera película, se va a Nueva York y en el 77 graba Letters from Home, toda la película se basa en planos inhóspitos de la ciudad de Nueva York mientras locuta cartas que su madre le manda casi a diario, nos muestra su presencia y su proteccionismo.
En la una proyección de Cleo de 5 a 7, película de Varda, vemos cómo la cineasta presenta a una mujer que mira, que deja de ser mirada para convertirse en un ente activo. Varda “recurre a la repetición de momentos en sus películas y se vale de espejos para representar una vez más la permanencia”, el no dejar ir, el grabarlo todo para revivirlo una y mil veces, la repetición también nos subraya los pasajes importantes.

Al final de la charla Toucedo nos devela que, aunque siente una gran admiración por ambas, tiene predilección por Chantal Akerman. Cineuropa 2019 nos dejará con muy buen sabor de boca que además tendrá el feminismo como hilo conductor.
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